Bueno, estuve navegando por la web, buscando articulos sobre temas intrasendentes y me tope con este...y resulto ser un tema reeeeeeeeeee-trasendental al menos para mi y quizas para muchos de ustedes terricolas y bueno me tome el atrevimiento de re-postear esta entrada y compartirla con uds (si ya la leyeron, lo siento pero ahi les va y reflexionen)
Algunos mortales le
llaman también "crisis del primer cuarto de vida". Te das cuenta que
sufres de esto cuando tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años
atrás y para colmo cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar
horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudios, etc. Y, cuando logran
reunirse, disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para conversar
un rato; de preferencia en un lugar pequeño y no tan concurrido porque las
multitudes ya no son "tan divertidas"... incluso a veces te incomodan.
Otro síntoma notable es
cuando extrañas la comodidad del colegio, de los grupos, de socializar con la
misma gente de forma constante. Pero te empiezas a dar cuenta que mientras
algunos son verdaderos amigos, otros no eran tan especiales después de todo. Empiezas
a entender que la amistad después de todo no se basa en el tiempo, sino en la
calidad de las personas que tienes a tu lado. Te das cuenta de que algunas
personas son EGOÍSTAS y que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos o que
los conservas desde hace mucho tiempo, no son exactamente las mejores personas
que has conocido y que hay más gente que te rodea, a quienes le debes poner
mayor atención y verás quienes resultan ser amigos de los más importantes para
ti.
En esta etapa ríes con
más ganas, pero lloras con menos lágrimas y con más dolor. Llegas a entender que
el tiempo no sana las heridas, sino que alarga las agonías. Aprendiste que las
peleas son distintas a las discusiones y que las discusiones surgen en base al
cariño y engrandecen las relaciones. Comprendes que los tiempos no existen y
que las decisiones hay que tomarlas alguna vez en la vida.
Todo no se basa comprender
la vida, sino que uno también aprende. Por ejemplo, uno aprende que alguien más
que tú puede tener la razón, y que con los sentimientos ajenos no se juega. Aprende
también que las parejas van y vienen, y que hay gente que queda y que siempre
estará. Una de las cosas básicas es que uno aprende a escuchar y a valorar los
pequeños detalles del resto, que marcan la diferencia entre las multitudes.
Se aprende que la
calidez de palabras y su sinceridad, los oídos atentos y una incondicional
lealtad, no te la da nadie más que un verdadero amigo. Y de esa forma se siembra
la confianza y que con el pasar del tiempo se riega, se cultiva y se cosecha;
la clave está ganársela y, sobre todo, saber mantenerla. En este camino te
rompen el corazón y te preguntas cómo esa persona que significaba tanto te pudo
hacer tanto mal, pero son cosas que pasan y hay que saber superarlas. Por otro
lado, quizás una noche te acuestes y empiezas a preguntarte por qué no puedes
conocer a una persona lo suficientemente interesante como para querer conocerla
mejor.
Un punto crítico de este
síndrome llega cuando los ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer
baratos, y emborracharte y actuar como un idiota empieza a parecerte
verdaderamente estúpido. Salir tres veces por fin de semana resulta agotador
para tu cuerpo y en especial para tu hígado, además significa mucho dinero para
tu ajustada billetera.
Tratas día a día de
empezar a entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres y lo que no; a donde
quieres llegar. Tus opiniones se vuelven más fuertes. Ves lo que los demás
están haciendo y te encuentras a ti mismo juzgando un poco más de lo usual
porque quizás tienes ciertos lazos en tu vida y adicionas cosas a tu lista de
lo que es aceptable y de lo que no lo es, porque a lo largo de tu vida
generaste un punto de vista completamente distinto a los demás (suena
redundante… pero muchas veces la gente cae en el ‘repetitivismo’). Por ello, a
veces, te sientes genial e invencible, pero por otro lado esa esencia especial
hace que te sientas con miedo, solo y confundido.
Algo que de repente pasa
a menudo es que tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el
pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando,
levantar la cabeza y mirar pa’lante y de saber conservar bien el presente porque
esa será la única arma y compañía para el futuro.
Lo que puede que no te
des cuenta es que estas leyendo y lo único que has estado haciendo estos
minutos es asentir con la cabeza cada una de las letras y líneas de esta
entrada porque te sientes identificado.
Todos los que tenemos
"veintitantos", nos gustaría volver a los 15 -16 algunas veces, pero
sabemos que hay gente que ha aparecido en nuestro camino durante estos últimos
años que son únicos. A veces parece ser un lugar inestable, un camino de alto tránsito,
un enmarañado de situaciones y vivencias en la cabeza... pero TODOS dicen que
es la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por culpa
de nuestros miedos.
Dicen que estos tiempos
son los cimientos de nuestro futuro, que las amistades universitarias son las
verdaderas y que estamos entrando a la realidad de nuestras vidas. Parece que
fue ayer que teníamos 16… pero abre los ojos, intenta no parpadear porque quizás
mañana tengas 30!!!!!
No! Wait! Me acabo caer
en cuenta que el peor síntoma es que yo me encuentre escribiendo esto y que
ustedes lean esto con tanta atención! Jajajajaja XD
“La vida no se mide por
las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento”