jueves, 18 de agosto de 2011

EL REGRESO DEL HIJO PROGDIGO

WOW!!! Como pasa el tiempo ah!! No se cOmo ni por kE decidi entrar al blog hoy. Lo he tenido muy abandonado (mi ultima entrada data del domingo 18 de julio de 2010) pero bueno aki estoy asi que empezaremos con una nueva. Bienvenido de vuelta publico seguidor y bienvenido tb mi cerebro, segun yo, talentoso. Obvio el Titulo no tiene nada que ver con el Tema del post.

Muchas veces tenemos ciertos problemas y, luego de analizar la situacion, nos damos cuenta q caemos siempre en lo mismo: la falta de comunicacion.

Pequeñas y triviales palabras son aquellas que dan forma y nutren a las conversaciones mas profundas. Un comentario, una anécdota, quizas un chiste y una sonrisa son ingredientes importantes para cultivar la comunicación en las relaciones personales. Cuando uno deja de compartir las pequeñas cosas de la vida diaria, incluso hasta un insignificante detalle, los canales de comunicación se van deteriorando y cerrando. Lamentablemente y sin querer, la comunicación se enfría y disminuye, y cuando es necesaria ya no está disponible.

Una pareja tiene muchos años de no conversar de temas triviales y cotidianos. En sus 20 años de casados han aprendido a vivir con una comunicación limitada: a informarse mutuamente acerca de asuntos necesarios y eventos importantes. Mantienen una conversación distante y poco espontánea, en la cual poco a poco las sonrisas y los chistes han desaparecido. La relación es cordial, fría y muy limitada.

Ella siente que en su casa vive inmersa en el silencio. por otro lado, él está tan acostumbrado a ser tan reservado que no sabe ni siquiera cómo o de qué conversar, no siente que tiene nada importante para decir así que prefiere callar y no hacer un esfuerzo por dialogar.

Hace unos días, Manolo se compró el teléfono celular que había estado esperando con mucha emoción desde hace más de un año. Se sentía feliz, se le notaba en los ojos, y sin embargo, cuando llegó a su casa no le comentó a nadie acerca de su nuevo juguete.

De pura casualidad, su hijo se dio cuenta de la novedad y le preguntó si podía aprender a usarlo, jugar con él y ver si era tan bueno como lo habían anunciado. Fue así como Carmen se enteró de que su esposo tenía un nuevo teléfono.

Luego de lo acontecido, ella se percató de que tan significante había sido ese pequeño suceso que parecía no tener importancia. Efectivamente, si su esposo no sentía las ganas ni el interés de conversar o contarle acerca de su nuevo teléfono y de lo contento que se sentía, cómo iba a contarle las trivialidades de la vida diaria, ¿cómo iba a ser capaz de hablarle de temas profundos e íntimos, abrirse para conversar acerca de sus preocupaciones o malestares?

La comunicación no consiste sólo en compartir los grandes problemas de la vida sino las pequeñas cosas diarias que forman parte de la convivencia. Las palabras sazonan las relaciones establecen y abren los canales de comunicación.

El plato de hoy:
Platicas fáciles, simples y fluidas

Ingredientes:
- 1 racimo de naturalidad y espontaneidad
- 1 pedazo de simpleza
- 2 cucharadas de buena disposición
- 3 gajos palabras amenas
- 1 pizca de relajación

Condimentos:
Interés, amabilidad y tonos suaves.

Recomendación del chef: La cualidad de una buena comunicación consiste en saber hablar con fluidez y escuchar con atención.

Modo de preparación:

1.- Las palabras alimentan la comunicación en la relación. Las conversaciones triviales y sin importancia contribuyen a la comunicación diaria y pueden resultar en pláticas serenas, estas ayudan a crear y ensanchar los canales de comunicación y fomentar la nutrición emocional.

2.- Muchas veces no es lo que se dice, sino lo que no se escucha pero igualmente se transmite. El verdadero problema de la comunicación no radica solamente en lo que se verbaliza sino en las expresiones y tonos negativos, destructivos y tóxicos que provocan enojo, frustración y aislamiento. Ojo! cuidado con los gestos y ademanes q pueden resultar un poco ofensivos y traer problemas U_U.

3.- Cuando una persona está tranquila siente confianza y libertad para poder hablar mejor. Las charlas diarias sirven de ejercicio para aprender el arte de escuchar en situaciones que no provocan tensión. Por lo tanto la conversación fluye ya que no hay juicios, interrogaciones o sentimientos de enojo.

“Mantener una conversacion relajada permite hablar tranquilo, ser escuchado y por lo tanto ser entendido”.














SERVIDO :)

No hay comentarios:

Publicar un comentario